El campo de la práctica de formación docente
Andrea Alliaud (Recorte). Clase 3.
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1. Presentación del cuaderno y marco del proyecto
Esta primera parte del texto cumple la función de introducción y contextualización del cuaderno. Aquí Alliaud explica de dónde surge este trabajo y qué pretende lograr con él. Podemos desglosarlo en estos aspectos:
📌 Origen del cuaderno
El cuaderno forma parte de un proyecto más amplio de investigación desarrollado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, particularmente en el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IICE).
Está enmarcado en los proyectos UBACyT, que son líneas de investigación financiadas por la Universidad de Buenos Aires.
Esto le da al cuaderno una base académica sólida: no se trata de una opinión individual, sino de una producción colectiva y sistematizada dentro del campo de la investigación en educación.
🎯 Objetivos generales del trabajo
Uno de los ejes centrales que Alliaud plantea desde el comienzo es la valorización de los saberes de la experiencia docente.
La autora sostiene que las prácticas docentes no son simplemente acciones repetitivas o intuitivas, sino que en ellas hay una riqueza de conocimientos construidos desde la experiencia real en el aula.
Este punto es clave porque intenta reivindicar la práctica como productora de saber, no como algo menor frente a la teoría.
🌱 Finalidad práctica: estrategias de formación
El cuaderno busca producir herramientas y estrategias de formación docente que estén basadas en lo vivido, es decir, en las situaciones reales de enseñanza.
El objetivo no es solo reflexionar sobre la práctica, sino usar esa reflexión para intervenir en la formación docente, aportando propuestas que puedan aplicarse en la formación inicial y continua.
2. El campo de la práctica en la formación docente
Esta parte del texto busca revisar críticamente el lugar que ocupa la práctica en la formación de futuros docentes, atendiendo a su complejidad y a los desafíos actuales de la enseñanza.
❗ Problemática actual de la enseñanza y su complejidad
Alliaud destaca que enseñar hoy no es algo simple ni automático. La práctica docente se enfrenta a múltiples tensiones:
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La diversidad del alumnado
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La fragmentación del conocimiento
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Las exigencias institucionales
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El contexto social y cultural cambiante
Todo esto hace que la práctica no pueda entenderse como una simple aplicación de teorías, sino como una actividad compleja, situada y dinámica.
La enseñanza exige tomar decisiones constantemente, resolver problemas inéditos y ajustar lo planificado a las condiciones reales del aula.
🔄 Articulación entre experiencia, teoría y formación docente
Aquí aparece uno de los grandes aportes del texto: la idea de que experiencia y teoría no están en oposición, sino que deben articularse en la formación docente.
Alliaud sostiene que la formación no puede basarse solo en marcos teóricos, ni tampoco quedarse en una repetición acrítica de lo que se hace en la práctica.
Por eso propone una reflexión situada sobre la experiencia, es decir, pensar las prácticas desde adentro, con herramientas teóricas que permitan interpretarlas, problematizarlas y transformarlas.
🛠️ Recuperación de saberes de oficio
Este concepto es central. Alliaud recupera la noción de "saberes de oficio" para referirse a ese conjunto de conocimientos que se construyen haciendo, en el hacer, a lo largo de la trayectoria docente.
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Son saberes no siempre formalizados ni reconocidos institucionalmente.
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Se transmiten muchas veces en los pasillos, en la sala de profesores, en la observación mutua, en las conversaciones entre colegas.
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Tienen que ver con cómo se resuelve un conflicto, cómo se organiza una clase cuando no hay recursos, cómo se capta la atención del grupo…
El cuaderno propone poner en valor esos saberes como parte legítima del conocimiento profesional docente, y no como meras "maneras de arreglárselas".
3. Aportes teóricos: Richard Sennett y la figura del artesano
En esta parte, Andrea Alliaud introduce a Sennett para pensar el trabajo docente no como una tarea técnica, ni como la mera aplicación de recetas o programas, sino como un acto artesanal. Esta metáfora le permite revalorizar los aspectos humanos, creativos, sensibles y colaborativos del enseñar.
🪵 ¿Qué es la artesanía para Sennett?
Sennett, en su libro "El artesano", define la artesanía como el deseo de hacer bien las cosas por el simple hecho de hacerlas bien.
El artesano:
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Se involucra profundamente con su hacer.
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Aprende a través de la experiencia, el ensayo y el error.
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Conecta pensamiento y acción en cada gesto.
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Se forma haciendo, reflexionando sobre lo que hace, y afinando su hacer constantemente.
La artesanía no es una práctica mecánica, sino una forma de conocimiento situada, corporal, y afectiva. Por eso, tiene mucho en común con la tarea docente.
🧑🏫 ¿Cómo se relaciona esto con el oficio docente?
Alliaud propone pensar al docente como un artesano de la enseñanza, es decir:
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Alguien que construye su saber hacer en la experiencia, en contacto directo con los materiales (los contenidos), las herramientas (los recursos pedagógicos) y el contexto (los alumnos, la escuela, lo social).
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Que se compromete afectiva y éticamente con su tarea.
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Que aprende haciendo, pero también reflexionando sobre lo hecho y compartiendo saberes con otros.
✨ Rasgos del artesano aplicados a la docencia
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Compromiso:
El buen docente, como el buen artesano, no trabaja “de cualquier manera”. Se involucra con lo que hace, cuida los detalles, se preocupa por los efectos de su enseñanza. -
Pensamiento + acción:
Enseñar no es solo pensar, ni solo actuar. Es un equilibrio entre el hacer y el pensar el hacer. Esta integración es esencial en ambos oficios. -
Colaboración:
Sennett resalta el trabajo colectivo en los talleres artesanales. Alliaud recupera esto para pensar la docencia como una tarea que se construye con otros, donde la conversación pedagógica, la observación y el intercambio entre colegas enriquecen la práctica.
🧵 Enseñar como acto artesanal
Esta perspectiva permite ver a la enseñanza como:
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Un oficio complejo, que implica sensibilidad, juicio, adaptación constante.
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Una práctica situada, donde el contexto importa y no hay soluciones universales.
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Una actividad que requiere tiempo de elaboración, reflexión y diálogo con otros.
Alliaud propone entonces que la formación docente debe habilitar estos espacios de reflexión sobre el hacer, dando lugar a una identidad profesional que se construya artesanalmente: con tiempo, cuidado y sentido.
4. El oficio de enseñar hoy
En esta parte, el texto se centra en los desafíos actuales del trabajo docente, marcando cómo el contexto escolar se ha transformado, y cómo eso obliga a repensar qué significa hoy enseñar.
📉 Cambios en el contexto escolar y crisis de autoridad
Alliaud parte de un dato que muchos docentes vivimos cotidianamente:
La escuela ya no ocupa el mismo lugar central que antes tenía como institución formadora de subjetividades.
En este nuevo escenario:
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La autoridad del docente ya no está garantizada por el solo hecho de ocupar ese rol. Hay una crisis de legitimidad que obliga a los educadores a construir su autoridad día a día, a través del vínculo, la coherencia, la palabra y la presencia.
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Aparecen nuevas formas de relación entre docentes y estudiantes, que desafían los modelos tradicionales.
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Se hace más difícil sostener una normatividad común, porque los marcos de referencia culturales son más diversos y fragmentados.
Todo esto complejiza la práctica: enseñar hoy no es lo mismo que hace 20 o 30 años, y tampoco es igual en todos los contextos.
🧑🔬 Enseñar como creación, experimentación y respuesta situada
Frente a estos desafíos, Alliaud propone reconfigurar la práctica docente como una práctica creativa, que requiere:
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Responder a situaciones concretas, únicas, irrepetibles.
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Probar, ensayar, ajustar: no hay recetas, sino decisiones pedagógicas que se ponen a prueba en cada aula.
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Pensar la enseñanza como un hacer artesanal, en continuidad con el punto anterior: algo que se elabora con las manos, la cabeza y el corazón.
Se trata entonces de sostener la práctica en medio de la incertidumbre, sin caer en el desencanto ni en la rutina. La docencia se vuelve una forma de invención constante, de negociación entre saberes, subjetividades, contextos.
🧵 Enseñar hoy implica…
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Escuchar más que imponer.
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Interpretar más que aplicar.
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Recrear más que repetir.
Todo esto exige formación continua, capacidad de reflexión y diálogo entre colegas, para construir colectivamente respuestas a los problemas que se presentan.
5. Las prácticas de formación
En este apartado, Alliaud aborda una de las tensiones más clásicas dentro de la formación docente: la disociación entre teoría y práctica. Señala que, históricamente, la formación ha estado marcada por una separación rígida entre los saberes teóricos (frecuentemente más valorados) y los saberes prácticos (subordinados, considerados de menor prestigio o simplemente como aplicación técnica de lo primero). Esta visión genera una lógica fragmentada que empobrece la formación.
Alliaud propone una crítica al modelo aplicacionista, donde la práctica se limita a implementar recetas preelaboradas o teorías externas. En contraposición, plantea que la práctica tiene valor en sí misma como espacio de producción de conocimiento, reflexión y elaboración propia.
Uno de los ejes centrales aquí es la revalorización del rol del formador, no solo como transmisor de contenidos, sino como alguien que enseña desde su modo de enseñar, es decir, que el “cómo se enseña” es tan importante como el “qué se enseña”. Esto implica que el formador es modelo en acto, mostrando en su hacer los modos posibles de enseñar, de acompañar, de intervenir pedagógicamente.
En síntesis, este punto propone un cambio de paradigma: superar la visión lineal de la relación teoría-práctica, entendiendo que se influyen mutuamente, y que la práctica no es un simple lugar de aplicación, sino de construcción y producción pedagógica.
6. El campo de las Prácticas
En este apartado, Alliaud profundiza en el espacio específico de las prácticas dentro de la formación docente, entendidas no solo como “prácticas profesionalizantes” o residencias, sino como un campo formativo en sí mismo, con su propia lógica, tiempos, relaciones y saberes.
Centralidad del rol del profesor de Práctica
Se destaca el rol central del profesor de Práctica, que no es un mero acompañante o supervisor, sino un formador clave en el proceso de construcción del oficio docente. Este profesor orienta, problematiza, modela, habilita espacios de reflexión y pone en juego tanto sus conocimientos teóricos como sus saberes prácticos y experiencias.
El texto subraya que enseñar a enseñar no es solo enseñar contenidos ni técnicas, sino acompañar a los futuros docentes en la comprensión situada del hacer pedagógico, es decir, ayudarlos a leer y actuar en contextos concretos, con sus particularidades, incertidumbres y desafíos.
Aprendizaje del oficio en situaciones reales y simuladas
Alliaud remarca la importancia de las situaciones reales (en escuelas) y simuladas (como los talleres o espacios de análisis de casos) como escenarios fundamentales para el aprendizaje del oficio docente. Allí, los estudiantes enfrentan dilemas, ponen a prueba estrategias, se equivocan, ajustan, crean —en suma, aprenden haciendo, reflexionando y reconstruyendo su práctica.
Estas situaciones no son meros ensayos: son espacios de formación ricos, complejos y profundamente pedagógicos, en los que se despliegan capacidades que no se enseñan solo en la teoría.
Capacidades técnicas, compromiso y confianza como pilares
Finalmente, se señala que formar docentes no solo implica trabajar capacidades técnicas (como planificar, organizar, evaluar), sino también construir compromiso con la tarea y desarrollar confianza en la propia posibilidad de enseñar. Estos aspectos son tan centrales como los conocimientos curriculares, porque sin compromiso y sin confianza, no hay práctica pedagógica sostenible ni significativa.
En resumen, este punto refuerza la idea de que el oficio docente se aprende en la práctica, con otros, en escenarios diversos, reales y simulados, y que el formador de práctica es un actor clave en ese proceso.
7. La transmisión del saber hacer
Este último apartado aborda una de las preguntas más profundas del texto: ¿cómo se transmite el oficio de enseñar? No se trata solo de “enseñar a enseñar” en términos técnicos o académicos, sino de transmitir un saber hacer complejo, encarnado, situado y en permanente construcción.
La experiencia como base de un saber enseñable
Alliaud sostiene que la experiencia del docente no es solo vivencia o acumulación de años, sino una fuente valiosa de saber pedagógico. Esta experiencia, cuando se convierte en objeto de reflexión, puede ser transmitida, compartida, discutida y reelaborada, y por tanto, enseñada.
La clave está en no dejarla cristalizada como una rutina ni sacralizada como saber indiscutible, sino en hacerla dialogar con la teoría y con otras experiencias, transformándola en un conocimiento que se puede poner en circulación en los espacios formativos.
El taller artesanal como metáfora del espacio formativo
Aquí aparece una de las imágenes más potentes del texto: el taller artesanal como metáfora para pensar el espacio donde se transmite el oficio de enseñar. En el taller:
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Se trabaja con otros, no en soledad.
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Hay intercambio, demostración, observación y práctica.
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Se aprende mirando, probando, equivocándose, ajustando.
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El maestro artesano no da recetas, sino que acompaña, modela y habilita procesos de creación.
Esta imagen rompe con la idea tradicional de aula universitaria como espacio de transmisión vertical y sugiere una formación más viva, situada, colaborativa y reflexiva, centrada en el proceso más que en el producto final.
Conclusión general del texto
Andrea Alliaud, a lo largo de este cuaderno, propone una revalorización de la práctica en la formación docente, entendida no como un campo subordinado a la teoría, sino como un espacio central donde se configura el oficio de enseñar.
Al tomar como referencia la figura del artesano (a través de Richard Sennett), y al cuestionar los modelos aplicacionistas o tecnocráticos, la autora plantea que la enseñanza es un acto creativo, situado, ético y político, que exige no solo capacidades técnicas, sino también compromiso, sensibilidad y pensamiento crítico.
El texto invita a repensar cómo se forman los futuros docentes, qué rol cumplen los formadores, y cómo construir espacios que valoren la experiencia, el saber hacer y la reflexión conjunta. En ese marco, el taller artesanal se convierte en una metáfora poderosa para imaginar una formación más humana, cercana, abierta al error y al aprendizaje colectivo.
En definitiva, este cuaderno no solo describe un problema, sino que propone un horizonte formativo posible y deseable, donde la práctica ya no es un momento posterior o inferior, sino el corazón mismo del proceso de formar docentes.
actividades
Actividades de la clase
Conceptos de Alliaud que puedo vincular con el constructivismo:
1. La enseñanza como acto artesanal (Punto 3 del análisis):
Alliaud recupera a Richard Sennett para pensar la enseñanza como una práctica artesanal, donde el pensamiento y la acción están profundamente entrelazados. Esta perspectiva valora el hacer situado, la capacidad de adaptación, la improvisación con sentido y el compromiso con el proceso.
→ Esto se vincula con la idea de que enseñar es acompañar, guiar y responder a las necesidades reales y concretas del sujeto que aprende, más que aplicar fórmulas fijas o dar instrucciones cerradas.
2. La crítica a la disociación entre teoría y práctica (Punto 5):
Alliaud propone superar el modelo aplicacionista en la formación docente, que entiende la práctica como simple aplicación de la teoría. En cambio, defiende que el “cómo se enseña” es tan importante como el “qué”, y que enseñar implica reflexión, decisión y creatividad.
→ Este punto resuena con la crítica a las estructuras rígidas y a los objetivos impuestos sin considerar al sujeto que aprende. También respalda la defensa de una práctica pedagógica flexible, dialógica y situada.
3. La experiencia como saber enseñable (Punto 7):
La autora plantea que el saber hacer docente no se transmite solo con teoría, sino desde la experiencia compartida, como en un taller artesanal. La formación se da en el hacer con otros, en la imitación, el ensayo, el error y la reconstrucción de saberes.
→ Esto dialoga con el reconocimiento del aprendizaje por descubrimiento, con prueba y error, y la importancia de la exploración autónoma del estudiante.
4. El rol del formador como acompañante (Punto 6):
El profesor de práctica tiene un rol central en el acompañamiento del estudiante, promoviendo el aprendizaje del oficio en situaciones reales o simuladas. El texto destaca la importancia del compromiso, la confianza y el vínculo.
→ Acá encontrás una validación directa a la idea de que enseñar es acompañar, orientar, estar disponible más que imponer. Enseñar es estar al servicio del proceso del otro, no protagonizarlo.
Actividades de la clase
¿De qué se trata la dimensión artesanal de la enseñanza? ¿Por qué compara a la docencia con el oficio artesanal?
Andrea Alliaud plantea que la enseñanza puede entenderse como una actividad artesanal, siguiendo las ideas de Richard Sennett. Esta comparación surge porque, al igual que en los oficios artesanales, enseñar implica una combinación íntima de saberes prácticos, habilidades técnicas, compromiso emocional y reflexión constante. No es un proceso mecánico ni estrictamente repetitivo, sino que demanda creatividad, sensibilidad hacia las circunstancias concretas y capacidad de adaptación.
El docente, como un artesano, trabaja sobre materiales vivos: los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Cada situación de enseñanza es única y requiere respuestas singulares, diseñadas a medida, tal como un artesano adapta su hacer a las particularidades de cada obra. En este sentido, la enseñanza no se reduce a aplicar técnicas prediseñadas, sino que involucra un hacer situado, reflexivo y comprometido, donde el proceso importa tanto como el producto final.
Por eso, Alliaud sostiene que la tarea docente tiene un fuerte componente de creación, experimentación y ajuste permanente, características centrales de cualquier oficio artesanal.
¿Cómo es la relación teoría-práctica en el oficio como lo describe la autora, retomando a Sennett?
En el planteo de Andrea Alliaud, retomando a Sennett, teoría y práctica no son dimensiones separadas ni jerarquizadas, sino que están profundamente entrelazadas en el oficio de enseñar. El conocimiento teórico no se aplica de manera lineal sobre la práctica, sino que se va configurando en el propio hacer, en la experiencia concreta.
El artesano —y por analogía, el docente— no actúa siguiendo instrucciones prediseñadas, sino que piensa mientras actúa, reflexiona sobre lo que hace y aprende de la experiencia. Esta reflexión en la acción permite a la vez enriquecer el saber práctico y reconfigurar la teoría, en un movimiento continuo.
Alliaud critica la visión tradicional que separa claramente teoría y práctica, proponiendo en cambio entender el oficio docente como un proceso de conocimiento situado, donde se pone en juego la sensibilidad, la interpretación del contexto y la capacidad de tomar decisiones singulares. Así, la práctica no es mera ejecución: es también producción de conocimiento.
¿Por qué podemos afirmar que el artesano no educa únicamente a través de la transmisión?
Podemos afirmar esto porque, según Andrea Alliaud (siguiendo también a Sennett), el artesano no se limita a transmitir un saber fijo o preestablecido. En cambio, educa principalmente a través del acompañamiento en la experiencia. El aprendizaje en el oficio no ocurre simplemente escuchando instrucciones o replicando técnicas: sucede en el hacer conjunto, en la observación mutua, en la corrección y ajuste sobre la marcha.
El artesano forma enseñando a pensar en la acción, a resolver problemas concretos, a enfrentar imprevistos. De esta manera, no sólo transfiere conocimientos técnicos, sino que modela modos de ver, de sentir y de actuar frente al trabajo. Enseñar, en este sentido, es compartir un modo de estar en el mundo del oficio, más que transmitir fórmulas acabadas.
¿Cuál es, desde la autora, la definición o caracterización de la “formación”?
Andrea Alliaud caracteriza la “formación” como un proceso integral que no se limita a la adquisición de contenidos teóricos o técnicos. Formar implica construir una identidad profesional, desarrollar capacidades, comprometerse con una tarea, y apropiarse de un saber hacer en contexto.
En su enfoque, la formación docente debe tener una fuerte anclaje en la práctica, en situaciones reales o simuladas, y favorecer un tipo de aprendizaje en el que el sujeto pueda experimentar, reflexionar, tomar decisiones y construir sentido sobre su hacer. La formación no es algo que se recibe pasivamente, sino un proceso activo, en el cual el futuro docente se va modelando como profesional, a partir de su propia experiencia, orientado y acompañado por formadores.
¿Qué hacen los que forman adultos en un oficio?
Los formadores de adultos en un oficio, según Alliaud, no simplemente transmiten saberes codificados. Lo que hacen, sobre todo, es crear condiciones para el aprendizaje situado: acompañan, orientan, corrigen, habilitan la experimentación y ayudan a reflexionar sobre el hacer.
Estos formadores combinan el enseñar a hacer con el enseñar a pensar sobre lo que se hace. Facilitan que el aprendiz incorpore no sólo técnicas específicas, sino también formas de encarar problemas, actitudes de compromiso, sentido de la calidad en el trabajo, y formas de colaboración con otros. De este modo, formar en un oficio implica educar tanto las manos como la mente y el corazón, integrando técnica, reflexión y valores.