¿Capacitar para la competitividad o promover los derechos?

Retóricas de la formación profesional desde un análisis de género, por Verónica Milenaar. FLACSO ARGENTINA. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. 2014

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Resumen

En los últimos años, se ha vuelto clave preguntarse cuál es la incidencia real de la formación profesional en las trayectorias laborales de los jóvenes. Este interés nace de la necesidad de dar respuestas a un problema persistente: el empleo juvenil.

Aunque en la Argentina los indicadores laborales han mejorado en la última década, para los jóvenes más vulnerables conseguir un trabajo formal sigue siendo muy difícil:

Las tasas de desempleo juvenil triplican a las de los adultos.
Cuando logran insertarse, suelen hacerlo en condiciones precarias e inestables, especialmente aquellos provenientes de contextos de pobreza.

Frente a esta situación, investigaciones recientes muestran que los programas de capacitación laboral tienen impacto positivo en:

Formación para el trabajo.
Socialización laboral.
Profesionalización.
Ampliación de saberes.

Sin embargo, también se observan diferencias marcadas entre las trayectorias de varones y mujeres que participan en estos programas. En general, los varones logran mejores inserciones laborales.

Estas diferencias de género no son nuevas. Son resultado de antiguas formas de segregación que afectan al conjunto del mercado laboral. En la Argentina, como en muchos países de la región, estudios han mostrado la existencia de discriminaciones de género en el trabajo.

Estas discriminaciones se evidencian en:

Los tipos de empleo que suelen ocupar mujeres y varones.
Las brechas salariales.

Además, no todo se explica por el lado de la demanda del mercado:

Muchas veces, las propias mujeres eligen empleos de menos horas y menores salarios, buscando compatibilizar el trabajo con las tareas familiares.

La desigualdad de género es un fenómeno complejo y multidimensional, que involucra tanto el mercado laboral como los procesos de socialización y las subjetividades construidas desde la infancia.

Entre los jóvenes, esta desigualdad también se refleja en la vida familiar:

Las chicas suelen asumir más tareas domésticas y de cuidado de hermanos.
Aunque ellas suelen permanecer más tiempo en la escuela, los mandatos culturales las orientan hacia la formación de una familia y la crianza de hijos.

Estas diferencias en la socialización se traducen en mayores tasas de inactividad, desempleo y precarización laboral entre las jóvenes.

Como señala la investigadora Joan Scott, el género no solo se expresa en las subjetividades y prácticas individuales, sino también en los niveles simbólicos, normativos e institucionales. Las instituciones educativas juegan un papel central en la socialización de género, a través de sus discursos y prácticas.

Este estudio se pregunta:

¿Las instituciones de formación profesional incorporan una perspectiva de género?
¿Cómo explican la desigualdad de género?
¿Qué estrategias proponen para revertirla o atenuarla?
¿Existen diferencias entre las instituciones?

A partir del análisis de dos centros de capacitación laboral muy distintos, el artículo muestra cómo, en materia de género, los discursos institucionales pueden ser muy diversos, incluso contrastantes.

La formación profesional en un contexto de desigualdad y nuevas demandas

En la Argentina, el campo de la formación profesional es amplio y diverso, con una oferta gratuita que no está dirigida exclusivamente a jóvenes, aunque ellos constituyen una parte importante del público.

Según la investigadora Claudia Jacinto, dentro del ámbito estatal conviven tres modelos diferentes:

Centros en convenio con actores del mundo laboral.
Centros con anclaje territorial o religioso, conveniados con organizaciones de la sociedad civil.
Servicios educativos directos, ofrecidos por provincias o municipios.

El sistema es muy heterogéneo:

Cursos cortos y otros de hasta 2 años de duración.
Unos otorgan certificaciones oficiales, otros no.

Esta diversidad es en parte resultado de la descentralización educativa de la década de 1990. Actualmente, dos grandes procesos atraviesan este campo:

Fragmentación: cada centro funciona de manera autónoma, sin coordinación centralizada.
Desigualdad social: genera demandas y desafíos muy distintos según las poblaciones.

Los jóvenes de sectores empobrecidos enfrentan mayores dificultades debido a:

Menores niveles de capital educativo.
Segregación territorial.
Falta de redes de contactos.

Las motivaciones de las mujeres jóvenes para participar en estos cursos incluyen:

Obtener una certificación.
Profesionalizarse.
Encontrar un espacio de socialización.
Aprender una nueva actividad.
Explorar una vocación aún no definida.

En un contexto de fragmentación y desigualdad, el papel de cada institución y su dinámica de funcionamiento son elementos que deben analizarse con atención.

Los abordajes de género de la formación profesional

Desde los años 80 se promueve en América Latina la inclusión de enfoques de género en las políticas de inclusión laboral, gracias a estudios críticos que muestran:

Tasas de actividad más bajas en mujeres.
Mayor desempleo.
Menores ingresos.
Acceso a empleos en nichos típicamente femeninos.
Imposibilidad de acceder a puestos jerárquicos.

La discriminación en el mercado de empleo y la división sexual del trabajo, que asigna roles y tareas específicas a los géneros, se vuelve un fuerte condicionante de las prácticas y deseos de las jóvenes.

La incorporación de perspectiva de género en las políticas puede darse de tres maneras:

Acciones afirmativas: promueven inclusión en ámbitos históricamente excluyentes (ej. cuota de género).
Acciones para las mujeres: compensan la doble carga de trabajo (ej. guarderías).
Acciones con perspectiva de género: revisan críticamente la división sexual del trabajo y promueven derechos.

En la mayoría de los casos, la oferta de capacitación laboral no incorpora explícitamente ninguna de estas acciones.

Al observar la oferta de cursos, se reconocen diferencias:

Algunos centros diferencian la oferta por sexo (costura/cocina para mujeres, electricidad/plomería para varones).
Otros ofrecen cursos no asociados típicamente a un género o buscan equilibrio en la matrícula.

Las instituciones que se analizan no tienen un diseño explícito de género. Sin embargo, una no diferencia su oferta por sexo, mientras que la otra sí lo hace. Sus perspectivas generan retóricas institucionales distintas: una enfocada en la competitividad, la otra en la promoción de derechos.

Discursos y prácticas institucionales en relación al género

Metodología de la investigación

Estudio de dos instituciones con perspectivas contrastantes.
Período de investigación: 2008, 2009 y 2013.
Técnicas: observaciones no participantes, análisis de documentos (fichas, videos, evaluaciones), 13 entrevistas en profundidad a docentes, tutores y directivos.

Retórica de la competitividad

Institución: "Fundación" (ONG en zona sur de CABA).
Objetivo: Complementar formación de últimos años de secundaria con cursos orientados a puestos del mercado formal.
Especialidades: Ventas, logística, administración, servicio en gastronomía y hotelería, etc.
Vinculación: Con empresas del sector servicios que reciben currículos de egresados.

Características:

Selección mediante "entrevistas de descarte" para ajustar perfil a demandas empresariales.
Capacitación centrada en competencias: predisposición, responsabilidad, autonomía, actitud de servicio.
Simulación de experiencia real de trabajo.

La institución sostiene que mujeres y varones jóvenes son iguales en capacidades, pero reconoce que las mujeres tienen desventajas en la inserción.

Estrategias con mujeres jóvenes:

Formación con perfil amplio: no limitarlas a un único oficio.
Orientación sobre situaciones específicas: cómo manejar acoso o exceso de confianza de clientes (sin denuncia, con toma de distancia).
Gestión eficiente de sí mismas: planificación de horarios y tareas para compatibilizar trabajo doméstico y laboral.

El equipo sostiene que para mejorar oportunidades laborales de las mujeres, el camino es brindarles competencias exigidas por el mercado que las hagan más competitivas.

Retórica de los derechos

Institución: "Taller" (centro de formación profesional en zona norte del conurbano bonaerense, convenio entre centro religioso y provincia).
Oferta: Electricidad, herrería, carpintería, costura, cocina, operador de computadoras, etc.
Público: Jóvenes y adultos en condiciones de pobreza, mayoría sin secundario completo.

Características:

Enfoque no limitado a inserción laboral: incluye proyecto de vida, conocimiento de derechos, inclusión social.
Ambiente participativo, seguimiento personalizado.
Clases de orientación sociolaboral: convivencia, trabajo en equipo, reforzamiento de lengua y matemática.
Funcionamiento flexible, sin reglas fijas, resolución de conflictos mediante diálogo.

Perspectiva de género:

Reconocen fuerte presencia de mandatos de género en las mujeres del barrio.
Ofrecen propuestas diferenciadas para varones y mujeres, pero como herramienta para abordar cuestiones específicas.
En cursos para mujeres: tratamiento de derechos, violencia doméstica, planificación familiar, salud reproductiva.
Facilitan asistencia de madres con hijos pequeños.
Objetivo: empoderar, promover reconocimiento de capacidades y planificación del futuro más allá de la maternidad.

La retórica de los derechos se centra en afirmar la autonomía personal y en el diseño de un proyecto de vida que puede incluir o no la dimensión laboral.

Conclusiones

Los centros de Formación Profesional ofrecen recursos materiales y simbólicos para la inserción laboral, pero varían según sus visiones sobre juventud, trabajo y desigualdad de género.
Ambos centros analizados reconocen la desigualdad de género, pero la abordan de manera diferente.
Las estrategias se construyen en diálogo con las características de las poblaciones y la singularidad institucional (religiosa/empresarial).

Interrogantes planteados:

¿Facilitar la inserción en empleos formales?
¿Cuestionar los mandatos de género para promover autonomía?
¿Combinar ambas estrategias en etapas sucesivas?

Las diferencias en discursos institucionales no responden solo a posturas ideológicas, sino también a demandas específicas de los públicos. No es lo mismo atender a mujeres con experiencia laboral que a aquellas cuya principal aspiración es la maternidad.

Conclusión final: La diversidad de propuestas en el sistema de Formación Profesional es necesaria para responder a los múltiples desafíos que plantea la desigualdad de género en la inserción laboral.

Resumen ejecutivo

Este análisis compara discursos institucionales sobre género en dos centros de formación laboral para jóvenes en situación de vulnerabilidad:

Retórica de la competitividad (Fundación): enfocada en dotar de competencias demandadas por el mercado para mejorar posición competitiva de las mujeres.
Retórica de los derechos (Taller): centrada en empoderamiento, autonomía y cuestionamiento de mandatos de género.

El discurso institucional es clave en la socialización laboral con perspectiva de género. Dada la fragmentación del sistema y la desigualdad social, la diversidad de enfoques permite abordar distintas aristas de la problemática.

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